
¡La pucha!, el mal tiempo se vino con todo. Tendría que salir pero no tengo piloto. Para colmo estoy resfriado. No deja de llover, ¡qué aguacero! Me están esperando; en casa tampoco hay un paraguas. ¡Carajo!, por momentos diluvia!, prometí estar con ellos pero en el barrio no hay ningún colectivo que me lleve directamente y no tengo guita para un taxi. No puedo hacer nada. Cada minuto que pasa aumenta mi impaciencia; en el reloj de la cocina vuelvo a mirar la hora; se está haciendo tarde, me desespero. En tanto sigue lloviendo; como si nunca hubiera llovido. Llueve…, llueve..., llueve, no para.
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