Ileana Andrea Gómez Gavinoser
jueves, 12 de agosto de 2010
UNA CUESTIÓN DE GUSTOS
Una mujer muy joven, muy linda, muy cuerda, se enamoró de un hombre.
El hombre –su vecino–, es muy viejo, muy feo, muy loco..
Cuando se presentó la ocasión –un oscurecer en su puerta–, la mujer, muy joven, muy linda, muy cuerda, con ternura le tomó las manos y le declaró su amor.
El hombre, muy viejo muy feo muy loco, con un tono amable, con dulzura y también con pena la rechazó.
La mujer, muy joven, muy linda, muy cuerda, intrigada quiso saber por qué. No entendía nada. Teniendo tantos pretendientes, justamente él, que era el único varón que quería la despreciaba. —¿Acaso no te gusto?
El hombre, muy viejo, muy feo, muy loco, dijo que le encantaba su juventud y lo enamoraba su belleza…, pero…
—Te conozco bien, no soporto tu cordura.
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