Ileana Andrea Gómez Gavinoser

jueves, 12 de agosto de 2010

VIDA




Vida, vida,vida…

Vida en el agua, vida en la tierra. Sin ser espacial ni temporal, la encontramos en el espacio limitado, y en el tiempo convencional. Por orden de aparición, la primera forma viviente fue la vegetal; después siguió la animal; luego la humana que, como creación, nuestra vanidad nos hace decir que es la última, pero si después del hombre no va a aparecer algo o alguien superior a todo lo creado, es algo que solo Dios puede saber.
¿Antes? Largos siglos gestación, esperando alojada en la energía interior de la materia en estado de pre-vida. En sentido existencial, vida es la mía, la tuya; vida como ámbito del suceder, o como entorno de cada cual; como acontecimiento, porque es siempre lo que acontece a alguien. Así como el mundo de cada uno, no es el geográfico sino el familiar, el de las ocupaciones y entretenimientos; el de los conocidos y los amigos. La vida no es fenómeno biológico si no biográfico, también es escenario de las cosas que nos suceden y se acumulan en ese archivo falible que es la memoria.
Existencia siempre es la propia, la ajena solo es referencia. En un ingenuo error de construcción los hermanos Fresedo al crear aquél tango famoso acuñaron: “Vida mía… lejos más te quiero…, vida mía”… lo emotivo del tema, los llevó a confundir la vida de ella –la que está lejana-, con la propia llamándola “mía”, cuando en realidad es la distante. Un varón puede apropiarse de cuanto tiene una mujer: sus bienes, su cuerpo…, de todo, menos de su vida, porque la vida no es cosa, alguna, no es algo que se pueda medir, pesar, comprar ni adueñar. No se puede guardar porque ella no es menor que cosa alguna; no cabe en ningún sitio porque es lo más amplio, es el ámbito general en que guardamos todo lo que tenemos. Entre otras propiedades, es libertad, es elección, es poder optar por vocación o aburrimiento; es involución o progreso, es desgano o “ganas de”…, es perseverante intento o cómodo aburguesamiento; es solidaridad, o ávido interés y provecho.

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